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El sprint estratégico: la estrategia actualizada de forma ágil

No hace mucho un cliente nos comentó “Cuando cambia el entorno, hay que revisar la estrategia”, y ahora es una época de fuertes cambios.

Un momento de cambios más profundos de lo que podíamos esperar inicialmente

Recientemente, varios clientes nos han solicitado revisar su estrategia. No hablamos necesariamente de grandes empresas, ni corporaciones multinacionales. Hablamos de “empresas tipo” del tejido empresarial de este país. Eso sí, empresas bien gestionadas. Centradas en ser excelentes en su negocio y su día a día. Con un equipo humano y directivo capaz, motivado, que conoce el negocio y lo ha hecho evolucionar positivamente durante años.

Son empresas que entienden para que sirve una estrategia de verdad. Empresas de “empresarios”. Poco acrónimo anglosajón, las cosas por su nombre. Menos powerpoint que en otros ámbitos y más “embarrase para sacar adelante el negocio”. Y en esta época, más aún. Una realidad muy palpable del tejido empresarial de este país.

Lógicamente, la actual crisis les ha impactado. Y estos equipos directivos han visto la necesidad de una reflexión estratégica sobre su negocio, porque el entorno está cambiando, más de lo que esperábamos al inicio de la pandemia. Y algunos cambios han venido para quedarse. 

Algunos ámbitos de reflexión tras entender el alcance de la actual crisis

¿Estrategia en plena crisis? ¿Tomarse tiempo para reflexiones de altos vuelos con la que cae? ¿Y sin poder necesariamente reunir en una misma sala al equipo directivo? Pues sí, precisamente, ahora, sí. Por qué los clientes están cambiando, la competencia está cambiando, los modelos están cambiando… y en algunos casos de forma rápida y contundente. Llamadle disrupción si queréis.

Por todo ello, es bueno tomar tiempo y dar respuesta a preguntas como:

  • Cliente – ¿Cómo están cambiando nuestros clientes? ¿Quieren y buscan lo mismo que hace un tiempo? ¿Lo consumen igual? ¿Se informan igual? ¿Lo piden por los mismos canales?
  • Tecnología – ¿Nos está impactando la tecnología más de lo que pensábamos? ¿Cómo y en qué ámbitos? ¿Cómo podemos ser realmente más digitales para seguir siendo competitivos?
  • Cadena de suministro – ¿Nuestra cadena logística o supply ha mostrado debilidades? ¿Cómo debemos evolucionar el modelo de supply?
  • Nuevos actores – ¿Están entrando nuevos actores en nuestro sector? ¿Se diluyen las barreras entre nuestro sector y algunos adyacentes? ¿Hay menos barreras de entrada en nuestro sector que antes?
  • Teletrabajo – ¿Trabajamos, como equipo, igual que antes? ¿El teletrabajo se ha impuesto? ¿está siendo efectivo? ¿Logramos ser innovadores trabajando a distancia?
  • Relación con los clientes – ¿Cómo mantenemos una relación fluida y de valor con los clientes en un entorno “remoto”? ¿Ha cambiado el modelo de relación con los canales o los clientes? ¿debe evolucionar el perfil de nuestro equipo comercial, y los canales de contacto con el cliente y el tipo de mensajes?
  • Transformación – Digitalización, sostenibilidad e innovación son grandes ejes transformadores en muchos sectores, ¿lo estamos gestionando bien? ¿podemos hacerlo mejor? ¿Cómo lo hacen otros?

Y estas sólo son algunas preguntas de las que posiblemente te estés haciendo.

Los cambios que está acelerando la pandemia, como la famosa digitalización, son tendencias de fondo que las circunstancias han acelerado. Si te habías preparado para ello, lo puedes gestionar mejor. De ahí que sea necesario parar en algún momento, tomar distancia del día a día y pensar y definir qué hacer.

Ahora, más que nunca estamos inmersos en una época de cambios fuertes y es necesario salir de ese “ajetreo histérico y agotador” de la gestión del día a día. Levantar la cabeza y entender qué está pasando de fondo y cómo necesitamos encarar los próximos tiempos.

Digo “tiempos” y no meses o años, porque ahora el “alcance” de la estrategia es variable. Y depende de los cambios del entorno. Si el entorno cambia mucho, habrá que adaptarse regularmente. Si es más estable, una misma estrategia dura más.

 

 La planificación estratégica ha muerto, ¡viva el Sprint Estratégico!

 

Algunas veces cuando hablamos de estrategia pensamos en procesos abstractos, complejos, largos, farragosos y costosos. Nada de esto es necesariamente verdad. Ahora el plan estratégico ya no dura tres años. O cinco. Dura lo que las circunstancias del entorno y la competitividad marquen. ¿Y podría llegar a cambiar cada año? Podría. El extremo puede ser un start-up, que con su dilema de continuar o pivotar puede estar siempre repensando su estrategia y testándola. “Siempre en beta”, como dicen algunos. Pero no hay que llegar a este extremo, si no es necesario.

Los planes estratégicos clásicos y la planificación estratégica hace tiempo que no funcionan.  Y en un entorno post-COVID donde todo cambia muy deprisa, mucho menos aún. La estrategia es una práctica viva y debe irse adaptando a la realidad del negocio. Es necesario adoptar fórmulas más ágiles de reflexión. Por eso trabajamos con el Sprint Estratégico.

Parece obvio, pero ¿cómo lo podemos hacer de forma fácil? El secreto está en combinar método y ortodoxia con agilidad y una dinámica fluida.

La base del Sprint Estratégico es un esquema posiblemente conocido por muchos:

  1. Identificamos los retos estratégicos del negocio
  2. Definimos grandes iniciativas estratégicas con un propósito claro
  3. Marcamos líneas de actuación para cada iniciativa estratégica
  4. Aterrizamos las líneas de actuación en bloques de acciones con sus KPIs

El gran secreto no está en los pasos del proceso o las herramientas. Posiblemente nada que no sepas o hayas oído. Y podemos utilizar herramientas conocidas de apoyo: el DAFO, los KSF/FCE, el OGSM o los OKR. Los utilizaremos siempre que tengan sentido, aporten valor, se entiendan y sean útiles. En cualquier caso, de forma pensada, precisa y acotada para inspirar la reflexión del equipo. No para rellenar documentos.

Todo este proceso tiene un objetivo. Generar reflexión para que el equipo pueda definir la mejor estrategia para su organización de forma rápida. Si la organización conoce bien su negocio y tiene información relevante sobre qué pasa en el entorno, el mercado y el negocio, se puede realizar de forma muy rápida. Pueden bastar pocos días y algunas sesiones de trabajo. Si quieres más detalles y ejemplos, aquí te contamos más sobre el Sprint Estratégico.

El resultado es muy relevante, claro y se organiza de forma que luego se pueda monitorizar su evolución en base a unos KPIs/Scorecard bien definidos.

En este proceso es muy relevante aportar síntesis y foco. Esto es parte del éxito. La buena estrategia, como siempre me ha recordado Xavier Ferrás es tener foco y escoger bien. Acotar el ámbito de actuación. Concentrar recursos en pocas cosas, pero relevantes y efectivas. Persistir y refinar para alcanzar los objetivos. El foco y la síntesis son dos claves de la buena estrategia. Y no es fácil. Hay que saber hacerlo, tener experiencia, saber decir no, iterar y no perderse, escoger bien… de ahí que sea necesario que te acompañen en el camino.

Otra de las claves para que todo funcione bien es la facilitación de las sesiones. Saber qué hay que preguntar en cada etapa y que consejos dar, si necesario. Y esto lo da la experiencia y la capacidad de facilitar sesiones con equipos seniors. Y en Connociam llevamos tiempo facilitando este tipo de reflexiones estratégicas.

En la actualidad, donde los equipos son remotos, se puede dinamizar perfectamente el proceso y las sesiones en un entorno virtual. Hay plataformas y herramientas ideales para ello, y si las conoces y sabes utilizar, es una forma perfecta de dinamizar el equipo, mantener la atención, asegurar aportaciones de valor, capturarlas bien y generar un proceso que funcione. Llevamos tiempo utilizando metodologías de workshop online con éxito y es una aproximación muy recomendable para esta situación. Eso sí, no basta con montar un Teams o un Zoom. Hay que preparar bien la metodología, usar las herramientas adecuadas y saber facilitar involucrando al equipo adecuadamente.

Después de trabajar con esta aproximación, un cliente expresó: “Como el resultado ha superado mis expectativas de partida, he de concluir que, o bien soy un pesimista congénito, o bien que conductores y pasajeros han trabajado adecuadamente para completar felizmente una hoja de ruta bien planificada”.

 

¿Qué te aporta el Sprint estratégico?

Definir un plan estratégico de tu negocio en pocos días. Definir cómo conseguirás los objetivos de negocio que te has propuesto, qué oportunidades son prioritarias, de qué recursos dispones y cómo se va a estructurar todo.

Tener un plan estratégico a tu medida. Ajustar las iniciativas estratégicas a las circunstancias y al momento en el que te encuentres.

Tener un mapa de actuaciones de impacto y un sistema de indicadores de seguimiento. Construir con tu equipo, involucrando a las diferentes áreas, un plan para pilotar la evolución de tu empresa, con sus KPIs e indicadores de gestión y seguimiento para medir el progreso y el impacto que consigues y ajustar su despliegue.

Ordenar y simplificar tus iniciativas. Priorizar y organizar todas las iniciativas estratégicas en un documento simple, visual, claro y sencillo de entender por todo el equipo.

Saber cómo desplegar el plan y ponerlo en marcha. Alinear al equipo y conseguir que las cosas pasen. Es un plan para guiar las actuaciones, no para archivarse. Y si es necesario, podemos ayudarte en la puesta en marcha y despliegue.

El Sprint Estratégico es una forma ideal de ordenar tus iniciativas, alinear tu equipo e identificar las oportunidades que marcan la diferencia para tu negocio, y ponerlo en marcha. Nada de ideas de altos vuelos. Estrategia operativa, práctica y que genera resultados positivos.

 

Indudablemente, la crisis de la COVID está marcando un punto de inflexión en muchos negocios y obliga a una reflexión estratégica.

 

¿Cuándo empiezas tu Sprint Estratégico?

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