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Hubs de Innovación: Entre el Clúster y el Campus

 

Emergen por todas partes los hubs de innovación. Son intensas concentraciones de agentes de innovación en espacios urbanos, a medio camino entre los clústeres empresariales y los campus universitarios.

Los hubs son centros de alta densidad innovadora, donde se ubican e interaccionan, puerta con puerta, los diferentes agentes de un sistema de innovación, desde emprendedores a científicos, pasando por inversores, departamentos de innovación corporativa, o consultores especializados. Alrededor de los hubs florecen los ecosistemas de innovación, con todos los elementos para transformar rápidamente ideas y conocimiento en ventajas competitivas, cash flow e impacto económico y social. Entre ellos, laboratorios de fabricación digital (fablabs), grupos de investigación universitarios, o plantas de prototipado y test de nuevos productos. Proliferan en los hubs las salas de co-working, las mesas compartidas y las máquinas de café (imprescindibles en todo sistema innovador como nodos de transmisión acelerada de información de interés). Emerge un estilo de vida fresco y joven, libertario e ilustrado a la vez, idealista y capitalista, dispuesto a compartir y a competir al mismo tiempo. En una segunda corona, en la periferia, el hub se extiende mediante entornos urbanos de experimentación, zonas peatonales, parques, fast-foods, restaurantes exclusivos y todo tipo de servicios que enriquecen el entorno cosmopolita y vibrante de un moderno hub innovador.

Los hubs innovadores, sin duda, serán los bloques constituyentes de la economía de los próximos años.

Los hubs de innovación son núcleos especializados (en salud, en movilidad, en alimentación saludable, en energías limpias…) capaces de atraer el mejor talento de su sector.

En el hub se da una vibrante actividad de interacción (entre tecnólogos y empresarios, entre emprendedores e inversores, entre científicos y consultores que evalúan el potencial de las nuevas tecnologías para lanzarlas al mercado). Hay difusión rápida de tendencias, de inteligencia de negocio y de tecnologías emergentes, mediante seminarios, conferencias y eventos empresariales. Al hub acuden equipos de innovación corporativos para inspirarse y absorber información estratégica sobre el futuro y las oportunidades del sector. En el hub, se escalan industrialmente las buenas prácticas emprendedoras y se sistematiza la creación de startups, convirtiendo esos entornos en auténticas fábricas de creación de nuevas empresas de alto potencial de crecimiento, y en showrooms internacionales de oportunidades de inversión. Todo ocurre en la proximidad. Todo está a la vuelta de la esquina, en un microcosmos innovador que concentra todas las propuestas de valor de cada uno de los agentes especializados. Quien compite en innovación, compite contra el tiempo. Y la proximidad física es garantía de velocidad en la transmisión de información, de rapidez en la gestión de proyectos y de generación de confianza entre los agentes.

La idea de hub va más allá de la del clúster tradicional, y puede ser su evolución natural.

Mientras éste se da en una proximidad territorial relativa, en entornos normalmente regionales o comarcales; en un hub la concentración espacial es superior. La densidad de energía innovadora es más significativa. El hub irradia creatividad y tecnología. Todo sucede en un espacio limitado, normalmente en área urbana. Se manifiestan allí, de forma especial, dos de las leyes fundamentales de la innovación: 1) la innovación crece exponencialmente con la concentración de agentes por metro cuadrado; y 2) la fuerza de atracción de talento internacional (como una fuerza gravitatoria) crece exponencialmente con concentración innovadora. Ahí es donde se ofrecen los mejores salarios. El hub se inspira en la cultura de los mejores campus universitarios: espacios de reflexión e investigación, caracterizados a la vez por el trabajo intenso y la calidad de vida. El talento es atraído por entornos tan cognitivamente vibrantes como físicamente agradables. Por todo ello, los hubs son el epicentro de los sistemas de innovación, donde todo pasa, todo está por hacer, y donde los agentes clave deben ubicarse para ser arrastrados de forma natural por la corriente innovadora.

El despliegue de hubs puede formar parte de las políticas públicas de innovación. 22@, en Barcelona, uno de los distritos de innovación pioneros, supo combinar de forma magistral las políticas de desarrollo económico, de urbanismo y de innovación y conocimiento; rehabilitando así una zona emblemática de Barcelona. Los hubs son, además, excelentes laboratorios de experimentación de nuevas tecnologías en zona urbana (tecnologías de movilidad, living labs, sistemas de sensores para smart cities…), ideales para la compra pública innovadora.

Pero también la calidad y competitividad internacional del hub se debe desarrollar internamente, mediante dinámicas e iniciativas propias. El hub es un organismo vivo con estrategia propia de crecimiento. Por ello, es importante que tenga un management especializado. Se deben organizar secuencias de eventos (conferencias, workshops, seminarios, formación especializada), atraer los mejores speakers y pensadores internacionales, invitar a grupos de directivos corporativos (no hay mejor lugar para que una gran corporación quede imbuida de cultura startup que en un hub), e implementar programas de aceleración y mentoría de startups. Los programas de dinamización internos mejoran la cantidad y la calidad de las interacciones entre los agentes. El hub es una plataforma idónea para la configuración de consorcios y de nuevos proyectos cooperativos en I+D (existen grandes oportunidades para ello con los Fondos Europeos). También existen excelentes oportunidades de posicionamiento internacional mediante correctas políticas de branding. Y, especialmente, en el interior de los hubs se dan las condiciones idóneas para el triunfo de las startups que se ubiquen en ellos (que estarán rodeadas de conocimiento experto y de potenciales inversores), y para desarrollar actuaciones cooperativas con empresas emergentes (demostración de nuevas tecnologías, servicios compartidos de márketing y consultoría, compras centralizadas). El hub, finalmente, es una plataforma idónea para los proyectos de innovación abierta, o de emprendimiento corporativo. Y puede ser un excelente “venture builder”.

En España ya disponemos de hubs referentes, como el Tech Barcelona, el Barcelona Health Hub en la ciudad Condal y The Cube en Madrid. Y veremos más iniciativas desarrollarse próximamente. Disponer de hubs efectivos, bien gestionados y de referencia internacional es una pieza clave para el impulso de la innovación de impacto, la transferencia y la generación de valor en nuestro país.

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