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¿Habéis pensado alguna vez que innovar es, de algún modo, como cultivar un huerto o un jardín? Las lluvias de este final de mayo, que han hecho reverdecer parques y campos, nos brindan esta primaveral analogía que compartimos con vosotros.

¿Y en qué se parecen estos dos marcos? Pues para que un huerto produzca buenos y abundantes frutos o que un jardín crezca frondoso deben darse tres condiciones clave:

  • Un buen sustrato, rico, oxigenado y adecuado para las plantas que queremos cultivar. Es decir, FÉRTIL.
  • Unas buenas semillas, que den lugar a plantas y árboles de variedades resistentes y fructíferas. Aquellas buenas plantas que queremos en nuestro jardín, bien porque nos alegren la vista, bien porque nos den frutos en aquellos días de verano en que más nos apetecen .
  • Unos buenos cuidados, con atención experta a los detalles que indican si nuestra planta está creciendo sana o necesita alguna atención especial, como más agua, más abono, un tutor (aquel palo que se ata al tronco de los árboles para que se mantengan rectos) o protección frente al frío o las plagas.

¿Y en qué se parecen estos dos marcos? Pues para que un huerto produzca buenos y abundantes frutos o que un jardín crezca frondoso deben darse tres condiciones clave:

El huerto como modelo de Innovación El huerto como paradigma de innovación

Y en el contexto de la innovación, ¿cómo pueden traducirse estos tres conceptos? Pues a nosotros nos gustan estos símiles:

  •  El buen sustrato sería una cultura corporativa fértil.
  • Las semillas consistirían en las estrategias empresariales/negocio adecuadas, es decir, identificar de forma clara las oportunidades para innovar.
  • Y los cuidados expertos equivaldrían a los buenos procesos y herramientas para hacer que la innovación suceda en la forma que se espera.

Obviamente, en toda organización es necesario encontrar las sinergias que permitan articular de forma óptima estos tres elementos del huerto de la innovación, de modo que se consiga alcanzar el objetivo de innovar sobre una base sólida, sostenible y coherente. Consiste en crear un buen modelo o ecosistema de innovación. Y no hay un único modelo, empresas tan diferentes como Apple, Nestlé, Procter and Gamble o Vodafone lo han conseguido exitosamente.

¿Cuál es su modelo para crear su ecosistema de innovación? ¿Qué palancas debe tocar o poner en marcha para conseguir «un huerto» sano y productivo?

Muchos de nuestros proyectos empiezan por preguntas como estas.

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